Los árboles desnudos del invierno
esperan con ganas volverse a llenar de hojas. El campo yermo renacerá en breve.
El ciclo de la vida continúa y para que no tengamos duda, el almendro florece
en los coletazos del invierno. Es un anticipo, es una esperanza: tranquilos,
tranquilas… la vida sigue su curso aunque el frio esté presente aún y todo
parezca sin vida.
Esta última mesa ha sido un
regalo de despedida de la señorita Alba que nos ha acompañado durante 15 días.
Le mandamos un gran abrazo y le damos las gracias por su trabajo.
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