No hace tanto que la luz de las velas iluminaba las casas. Abuelas y abuelos de nuestros niños y
niñas de Infantil, contádselo. Probad con ellos a merendar a la luz de una candela. Será una
experiencia maravillosa que les va a ayudar a valorar la luz artificial de la que disfrutamos
ahora. Y contadles cómo era vuestra vida sin ella.
Hemos hecho estas velas preciosas, con cera natural cuyo tacto y olor se mantendrá en
nuestros sentidos largo tiempo.
Huelen a naturaleza, a auténtico. Las hacemos en otoño,
cuando la luz del sol se va apagando. Con ellas queremos contribuir a iluminar de forma
simbólica, un poquito, cálidamente, nuestros hogares. Las han sacado del cole en sus propias
manos porque con ellas y con la propia luz de cada niño, de cada niña… sabíamos que la
sonrisa aparecería grande grande en el rostro de mamá, papá, la abuela, el abuelo… de quien
Precioso trabajo y recuerdo, muchas gracias...
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